Los cartagineses lo sabían

Antes los filósofos se diferenciaban del resto de los humanos porque dedicaban su vida a pensar, tenían estudios, tenían alumnos a los que enseñar y pasaban mucho tiempo estudiando a sus semejantes. Hoy día cualquiera puede ser filósofo, y la razón es muy sencilla: en los atascos de la M-40 te da tiempo para pensar muchas cosas y descubres muchos patrones de comportamiento. Es normal que un día que promete bastante se convierta en una catástrofe, de igual modo que un día desastroso termine con una sonrisa. Y es que nadie sale de un atasco igual que como entra. Los romanos lo sabían, los cartagineses lo sabían, y ahora lo sabes tú.

Si además tienes valor para ir oyendo a Jiménez Losantos entonces el resultado será impredecible. La COPE hay que escucharla con atención y tener un sentido crítico, si sólo la tienes de fondo sus doctrinas se incrustarán en lo más profundo de tu córtex cerebral de igual modo que condicionaban a las personas en el Mundo Feliz del señor Huxley. Antes de que te des cuenta acabarás pensando en tí mismo y serás intolerante con todo aquello que no acepte el partido, verás cinco dedos donde sólo hay cuatro y tu vida se podrá resumir en que has pasado por el mundo sin pena ni gloria.

Jiménez Losantos es el mejor ejemplo que puedo poner, pero no quiero que se me malentienda, todo lo que reciban tus sentidos debe de ser analizado antes de archivarlo. No quiero que esto sea una “Crítica a la razón pura”, sólo es una reflexión sobre lo importante que es ser uno mismo y no ser maleable por los demás. Y es que como decían en los Simpson "Darles las mismas oportunidades a todos cuando evidentemente todos somos diferentes se llama Comunismo, y nosotros no somos Comunistas". Lo decían como una coña, ojalá todos fuésemos diferentes y no fuésemos como borregos a comprar los regalos de navidad ni a la playa en verano.

Sobre el post de ayer, quiero disculparme ante las personas que piensan que soy un enfermo mental. También quiero agradecer a las personas que les gustó. Agradezco todos los comentarios, digan lo que digan. Recuerdo con cariño el primer comentario que recibí, era de Tirma, y terminaba con un “Eres muy tú”. Sí, lo soy. Como decía el poeta Joaquín Sabina en una canción: “Por decir lo que pienso sin pensar lo que digo más de un beso me dieron y más de un bofetón”. Y así me va.

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