29 enero 2006

System is going to halt NOW

Domingo. Siete de la tarde. Llevo desde las nueve de la mañana removiendo con el remo la masa de mi tarta de fin de carrera. Hace seis meses me bastaba con una cucharilla de postre (spoon dessert, me dijeron en Dublín), siempre pasa igual con todas las tartas. Supongo que dentro de un mes o dos necesitaré una grúa, cuando suponía tenerlo terminado. Ayer no salí y el viernes tampoco, no se si me echarán de menos en Chernobil. Todo tiene su lado bueno y el final del túnel se ve más cercano, así como menos pequeña mi cuenta corriente y más saludable mi equilibrio psicosomático. Hace un rato estaba muy contento, pensaba que el chef podría felicitarme por mi trabajo, pero he descubierto un par de fallos en los adornos frutales y he decidido que ya está bien, que el finde que viene los arreglo. Cuando he decidido apagar mi Linux me he dado cuenta de lo malo que tiene hacer un "halt" para chapar a lo grande, y es que si lo haces en el terminal equivocado puede ser que lo hagas en el servidor, el cual está a unos cuantos kilómetros de distancia y encerrado bajo unas cuantas puertas con llave. En fin, más se perdió en Cuba, ¿no?

Esta es una de esas cosas que te hacen amar Windows. No quiero parecer superficial, reconozco las bondades de Linux y de hecho me suele gustar más trabajar con él. Pero oye, eso de que los dispositivos funcionen sólos y que te sea casi imposible reventar el ordenador se agradece. Los no informáticos podréis decirme que el Windows se rompe sólo, os aseguro que no, y el hecho de que miles de personas contratadas por Microsoft trabajen hasta dejarse las pestañas se nota, hay cosas que no tienen precio y una de ellas es el tener una máquina tonta en la que te funcionen las cosas sin que tengas que tener conocimientos de su funcionamiento. Es como los coches, imaginaros que para conducir un coche tuviéseis que ser ingenieros mecánicos y conocer todas y cada una de las piezas del coche, así como las leyes físicas que permiten su uso.

Hay quien dice que a las mujeres no hay quien las entienda. Por otro lado hay quien dice que a los hombres no hay quien los entienda. Tonterías. La vida es simple, todo se repite una y otra vez, cualquier conducta de una persona ya la ha tenido antes otra. No hay nada nuevo bajo el Sol. Las personas que dicen eso es porque no se han parado a analizar las acciones de los demás. Abstracción, análisis, método científico... Tirar por la ventana los condicionamientos impuestos durante el crecimiento es el primer paso para la compresión de los demás y la tolerancia. La tolerancia evita el odio, el odio hacia otras razas, hacia otras culturas, hacia otras religiones, hacia otros sistemas operativos...

(menos mal que este finde he mantenido mi equilibrio mental, al final va a ser bueno hartarse a copas los sábados por la noche)

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