27 septiembre 2006

Entrevistas laborales (I)

Consultora desconocida. Entro y me reciben con sonrisas dos viejos. La decoración era como mi habitación, es decir, cosas viejas tiradas por todas partes y escasez absoluta de elementos decorativos.

[X] - "Pasa y siéntate. Ahora vengo."

Y por cortesía espero a que vuelva para sentarme. Una sala de reuniones con una mesa larga formada a partir de cuatro mesas más pequeñas, como en los restaurantes. En las estanterías paquetes informáticos de Mac. Al minuto aparece con un cenicero y un cigarro encendido.

[X] - "Siéntate, siéntate. ¿Te importa que fume?"

[Yorchus] - "Para nada."

Pero vamos, que queda cutre de cojones. Me cuenta que es una "empresa de servicios" pequeña con gente en Amena, Orange y en un banco que no conoce ni su puta madre que se supone que es donde iría yo. En ningún momento se interesa por lo que se ni por mi experiencia y no paran de temblarle las manos.

[X] - "Te ofrezco 28.000."

[Yorchus] - "Bueno, por menos de 32 no creo que me compense cambiarme."

[X] - "Vale, te doy 30 y en junio del año que viene te subo a 35."

¿Ein? No puede ser, esto ha resultado demasiado fácil. No llevamos ni tres minutos y ya se está bajando los pantalones. Aquí hay gato encerrado, seguro. Le pregunto de que va el proyecto.

[X] - "Este banco le pidió una aplicación en Java a unos argentinos. Tras un año de retraso acabaron mal y ahora la tenemos que terminar nosotros. Hay mucho tajo, para un par de años o así, rascar mucho código. Te incorporarías a un equipo de cuatro personas bajo las órdenes de un analista del propio banco. ¡Ah! Una cosa te digo, corbata imprescindible, que es un banco."

¡Hostias! En toda mi vida laboral no había oído tantas puñaladas en tan poco tiempo. Primero, comerse la mierda de otros y rehacer cosas que no funcionan. Segundo, dos años rebajado a programador, es decir, tirar mi currículum y mi proyección a la basura. Tercero, un equipo de cuatro personas, lo que implica comerse todos y cada uno de los marrones sin excepción. Cuarto, ¿corbata?, pero si vamos a ser cuatro. ¿Qué cojones? ¿Nos vamos a poner guapos entre nosotros? Además, siempre que el hombre dice algo de importancia mira para el suelo, mala señal.

[Yorchus] - "Pues no se si me interesa. Verás, yo de aquí a dos años quiero ser jefe de proyecto, y no me conviene ponerme a programar ahora. Además, vengo de un proyecto de 40 personas y no me interesa un trabajo pequeño."

Además, que de programar, como quien dice, ya tengo el culo pelado. El tipo se enciende otro cigarro con gran nerviosismo y me intenta vender como sea el puesto.

[X] - "Claro, es que esto es otro mundo. En esta empresa lo que te podemos dar es pasta. Y bueno, también harías tareas de analista..."

Y de instalador eléctrico, pienso yo, ya lo veo venir.

[X] - "... Además, si te interesa viajar, en el futuro podrías ir a ¡Luxemburgo!"

Y lo dice como quien suelta un órdago, henchido de orgullo y esperando que me asombrase. Faroles a mí, ¡a mí!, que cuando era universitario me pagaba los fines de semana con lo que les ganaba al póker a mis compañeros en clase.

[Yorchus] - "Sí, donde estoy ahora también se viaja. Estamos ahora con Finlandia."

[X] - "¡No jodas! Mi hijo acaba de volver de Erasmus. Te digo una cosa..."

Y se pone en actitud confidente.

[X] - "... follar se folla mucho, pero se te quedan los cojones helados."

Y no pude hacer otra cosa que reírme. Él se lo tomó a bien, como que se había ganado un amigo. Yo por dentro estaba descojonándome de la situación, pasaban por mi mente imágenes de películas de Pajares y Esteso. Empezaba a surgir en mí un gran aprecio por mi trabajo actual.

[X] - "Sería para empezar el 15 de octubre."

Yo ya empezaba a estar un poco harto de una actitud tan lastimosa, y decidí cortar por lo sano.

[Yorchus] - "Pues eso va a ser un problema, porque no quiero dejar tirados a mis compañeros."

Lo cual es cierto, yo iba con la idea de dejar mi actual trabajo para noviembre o diciembre.

[X] - "Si hay algún problema con tu actual contrato por el que no puedas salir antes, yo pago lo que haga falta."

El hombre ya me estaba dando verdadera pena, así que le dije que no me interesaba y nos despedimos. Se debió de quedar bien jodido, porque me acompañó a la puerta pero al llegar se dió la vuelta y se fue sin decir nada.

Y mientras volvía con el coche a provincias me entraron unas ganas terribles de seguir donde estoy. Ya veremos que depara el futuro...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, no tienes prisa no??? pues busca hasta que al salir de una entrevista algo te diga que ese es el lugar donde quieres estar... si hasta que encuentres otro todavía tienes tu actual curro...

Toxcatl dijo...

estoy con Ros; prisa no tienes, asi qeu tranquilamente, hasta que encuentres algo que merezca la pena.