Mi primera vez

Ayer el Google trabajó a tope. Llegaron hasta aquí personas que buscaron:

- Firmas PP (desde Córdoba).
- Que vivan las minifaldas (desde Westborough, Massachusetts, lo juro).
- Cuánto pesan los osos polares (desde Bustarviejo, Madrid).
- Adornos frutales (desde Barcelona).
- Preguntas graciosas contra los hombres (desde Lima, Perú).
- Serie B (desde Moratalaz, Madrid).
- Extra dios mata un gatito (desde Madrid).

¿Nadie va a entrar a mi blog buscando "pastelería"?

En fin, os tengo que contar algo. Ayer fue mi primera vez. La verdad es que no me puse nervioso ni nada, eso sí, acabé agotado. Hay que ver lo que cansa estar 40 minutos dale que te pego sin parar. Arriba, abajo, arriba, abajo, al medio... Cuando terminé me temblaban las rodillas y casi me caigo al suelo. De hecho no he podido andar bien hasta hoy. Aún así me gustó mucho, lo haría todos los días si pudiese. Ay! a mi edad y descubriendo ahora el spinning.

Vaya cacho de gimnasio. Ahora entiendo porqué hay gente que va todos los días a entrenar sin ser deportistas profesionales. Si yo tuviese un gimnasio así también iría todos los días. Comparado con el gimnasio al que voy, que es un ex-almacén de unas pistas de atletismo, con cuatro hierros, una colchoneta y 4 espalderas, pues qué os voy a contar. En mi gimnasio tienes que esperar la vez casi para cualquier cosa, y eso que no caben más de 10 personas dentro, y normalmente 5 están esperando. Puedo prometer y prometo que dentro de 5 años cuando mi hipoteca no me asfixie, me apunto a un gimnasio chulo de estos.

Bueno, que es viernes y me quedan un par de objetivos que cumplir de esta semana. Les deseo un buen fin de semana.