04 diciembre 2006

Legendarios en la urbe

Entre las principales características de la sociedad del siglo XX, a la que ahora se llama del siglo XXI, están el afán por acumular artefactos electrónicos, comprar y lucir vestiduras cuyo precio nunca coincide con su coste real, y hacer gala en reuniones sociales de conocimientos sobre hechos insólitos y peligrosos.

De los dos primeros casos ya hablaré otro día que no tenga nada que contar, hoy me voy a centrar en el tercero. Ha llegado a tal punto de perfección este hecho que desde hace tiempo se le reconoce con nombre propio: leyendas urbanas.

Dichas historias han ido evolucionando acorde a cómo lo hacía la sociedad y la tecnología. Así, desde tiempos inmemoriales se les ha dicho a los niños que se duerman pronto antes de que venga el Coco, o que no salgan de noche porque anda por ahí un hombre con un saco. En los últimos tiempos han surgido nuevas historias que tienen que ver con enfermedades víricas que afectan a teléfonos móviles, terroristas musulmanes que hacen amigos en peluquerías o bellas y tímidas señoritas parando coches en carreteras curvas.

Gracias a Internet y al gran incremento de necesidad de afecto social de los últimos lustros dichas historias han viajado como la pólvora hasta rincones insospechados. De este modo medio mundo conoce al Chirri.

En el barrio de Ventas, de Madrid, desde hace muchos años a las niñas, y no tan niñas, se les advierte que no salgan de noche y que vuelvan pronto a casa.

[Madre preocupada] - "No vuelvas tarde que está por ahí El Chirri."

Esto no pasaría de ser algo tan preocupante como El Coco o el hombre del saco si no fuese porque el tal Chirri existió. Tío-abuelo de un amigo mío, El Chirri era un alcohólico al que la edad y la desproporcionada ingesta de licores habían llevado a un penoso estado en el que acosaba a niñas por la calle.

Así que a partir de ahora, señoritas, ya pueden responder a sus madres:

[Niña despreocupada] - "Pues como no sea su fantasma..."

Nunca El Chirri se imaginó que sería casi tan famoso como el Dioni o el Coco...

4 comentarios:

Toxcatl dijo...

Hombre, en la aldea teniamos nuestro propio "Chirri"; creo recordar que se llamaba el Lele o algo así; un gitano que iba siempre con gafas de sol de espejo y que tenia fama de lo mismo que el Chirri, solo que dicen que este además acabó en la cárcel por su "aficion" a las niñas...

Anónimo dijo...

uy pero si la famlia venía conmigo al cole!!!! que la Alcarria era mucho cole....

yo de estas mi preferida es la de la muchacha esta qeu canta el papichulo que decían que se había muerto, drogadicta y no sé cuantas cosas más... y resulta que está vivita y coleando!!!!

ahora que en lo las reuniones he de reconocer que yo soy de esas que no es que lo sepan todo, pero si lo más trendie... para gafapasta yo!!!!!!!

Toxcatl dijo...

No, si yo tampoco me se muchas, solo esta y punto.
Yo en las reuniones soy la que menos habla...cuestion de timidez.-

Anónimo dijo...

el hombre del saco existio, y vino a por mi , pero el saco era muy pequeño , y el no tenia fuerza suficiente, para levantarlo del suelo