05 diciembre 2006

El arte de la guerra

Anoche, para conciliar el sueño, estuve viendo K-1 en la Eurosport. Hay quien cuenta ovejas, quien toma un vaso de leche, quien se fuma un cigarro, quien come pastillas, y por último estamos los desequilibrados que vemos a dos personas pegarse una brutal paliza.

Después de dos combates de pesos pesados pusieron otro par de pesos ligeros, en los que sendos tailandeses con evidentes signos de desnutrición se ganaban el pan ante dos holandeses. Si hay que definir la forma de pelear de estos asiáticos se podrían utilizar los adjetivos rastrera, miserable y sucia.

Y es que si de algo se ha caracterizado la raza humana ha sido de pelear. Primero individualmente, cual animales, y según iba avanzando la civilización se han ido perfeccionando las tácticas de grupo hasta llegar a los ejércitos. De igual modo se ha desarrollado el honor y el respeto hacia el contrario, de forma que ya no está bien visto empalar la cabeza de tu rival en la plaza del pueblo.

De un tiempo a esta parte, en los países civilizados, lo suyo es mantener las formas, felicitar al ganador y respetar a los prisioneros. Lo de los genocidios es una cosa propia de bárbaros y las violaciones sistemáticas algo de incivilizados. Ya desde hace siglos las victorias no conllevan la destrucción del pueblo perdedor.



Anoche me dio la impresión que al país tailandés no ha llegado el honor, ya que ambos muchachos asiáticos no dudaron en utilizar feas e indecorosas artimañas en cuanto se vieron en apuros. A continuación les pongo uno de los mejores momentos de K-1 de los últimos años, un asalto entre el francés Jerome Lebanner y el maorí Mark Hunt. Estos sí que se ganan el sueldo y no los futbolistas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ay que bonita la rendición de breda... aprovechando que reverte saca libro del capitán y en uno de ellos luchan allí.... que bonito lo de mezclar realidad con ficción y que la realidad a veces parezca esto último...

uy como si fuera viernes...